Resumen
La igualdad de géneros, requisito previo para el establecimiento de la unicidad de la humanidad, permanece aún, en gran parte, sin efectuarse, no obstante las luchas de los últimos ciento cincuenta años por lograr tal igualdad. La extrema lentitud en desarraigar las causas de la desigualdad se debe a modos de pensar discriminatorios inculcados en los estilos lingüísticos y en las suposiciones filosóficas que han dejado sus huellas tanto en el pensamiento humano, como en su comportamiento, sus instituciones sociales, y su religión. El desequilibrio en los géneros es un fenómeno de alcance extendido de orígenes dificiles de determinar. Los derechos de la mujer han sido universalmente socavados durante sinnúmero de siglos. Aunque las razones fundamentales de haber despojada a la mujer de sus derechos y de haberle degradada su condicion aparentan ser diferentes en distintas partes del globo, los efectos similares que producen indican que los motivos causantes deben tener el mismo origen. Este artículo se concentra en dos asuntos, es decir, las inclinaciones negativas lingüísticas y filosóficas relacionadas con género, y los resultados de las mismas en rebajar la condición de la mujer en la religión. También presenta sugerencias para erradicar las causas de la desigualdad acelerando así la unidad mundial.
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Derechos de autor 1997 Baharieh Rouhani Ma'ani